lunes, 31 de octubre de 2011

El planeta recibe a su ciudadano 7.000 millones

 

Según informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas cada año nacen 78 millones de personas.

Hombro a hombro, todos los colombianos cabrían en la localidad de Suba, en Bogotá, lo que demuestra que, en general, los 46.044.601 habitantes del país viven a sus anchas.
Más del 70 por ciento de los colombianos vive en un área equivalente a menos del 7 por ciento del territorio nacional (el 75 por ciento habita áreas urbanas y el 25, áreas rurales).
Algo muy distinto a lo que sucede en Bangladesh, en Asia, donde 150 millones de habitantes (más del triple que la población colombiana) viven en un territorio cuyo tamaño es casi la décima parte de Colombia. Esto se traduce en que existen 1.026 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras en nuestro país el promedio es de 41 habitantes en ese mismo espacio.
En conclusión, a los colombianos no les falta espacio, sino una mejor distribución en el territorio, para evitar zonas de riesgo. Hoy, dos de cada cinco habitantes del país no están en el lugar donde nacieron, 4 millones viven fuera del país y 3,7 millones han sido desplazados de sus sitios de origen.
Todos estos datos cobran vigencia a propósito del nacimiento del ciudadano 7.000 millones, que ocurrirá mañana en cualquier lugar del mundo, de acuerdo con los cálculos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Pero aunque en el país no hay problemas de espacio, sí se destacan ciertas particularidades demográficas. Según los datos del Dane, a 2011, el municipio más densamente poblado del país es Itagüí (Antioquia), donde hay un kilómetro cuadrado de espacio por cada 13.000 habitantes.
En contraste, en Taraira (Vaupés), cada habitante tiene entre 6 y 7 kilómetros cuadrados de espacio: es el municipio con menor densidad, con 0,6 habitantes por kilómetro cuadrado. Guayatá (Boyacá) es el municipio con la mayor cantidad de viejos (ver nota anexa), mientras que la población más joven es Nilo (Cundinamarca).
Mundo apretado
El nacimiento del ciudadano número 7.000 millones nos hará recordar que vivimos en un planeta cada vez más estrecho, con muchos de sus recursos naturales en extinción y con agudas desigualdades.
Para Babatunde Osotimehin, director global del Unfpa, más que una excusa para alertar por los dramas de pobreza y salud del planeta, el informe -presentado esta semana- busca señalar los retos por venir y hacer un llamado a la acción.
Aun cuando en la actualidad las personas son más longevas y saludables (la expectativa de vida ha aumentado 20 años desde 1950) y las parejas están optando por tener menos hijos, persisten situaciones de grave inequidad. Dos mil millones de personas en el mundo viven en extrema pobreza, con un dólar o menos al día.
Al actual ritmo de crecimiento, la población aumenta cada año en 78 millones de personas (cada segundo nacen tres hombres), lo que representa la suma de los habitantes de Canadá, Australia, Grecia y Portugal. El 97 por ciento de los nuevos ciudadanos nacen en los países en vías de desarrollo, lo que aumenta la brecha entre ricos y pobres.
"Que podamos o no vivir juntos en un planeta saludable dependerá de las decisiones que tomemos hoy. Con una población en aumento, necesitamos ser solidarios", advierte Tania Patriota, representante del Unfpa en Colombia.
La agencia de Naciones Unidas invita a revisar la realidad demográfica de cada país para mejorar las políticas públicas en materia de educación, salud y bienestar.
También pide fijar la atención en el medio ambiente. Un informe reciente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) advirtió que si se mantiene el galopante ritmo de consumo, en el 2030 harán falta dos planetas para atender las necesidades de la población, y tres, en el 2050.
También, ONU Hábitat, agencia medioambiental de las Naciones Unidas, advirtió que en el 2050 doscientos millones de personas tendrán que desplazarse de los centros urbanos a la periferia. Esto, porque las ciudades concentran cada vez una mayor cantidad de gente y llegará un momento en el que ya no cabrán todos.
En nuestro país, las cosas no son muy distintas. Desde 1950, Colombia ha vivido grandes cambios demográficos: el promedio de hijos por mujer pasó de 7 a 2, la esperanza de vida aumentó de 50 a 75 años y las tasas anuales de mortalidad infantil se redujeron de 28 por cada 1.000 en 1995 a 16 por cada 1.000 el año pasado, según la más reciente encuesta de Profamilia.
Hoy, la tasa anual de crecimiento poblacional en Colombia es de 1,17 por ciento. La Guajira es el departamento que más crece (3,13), mientras Boyacá es el que menos lo hace (0,13).
Un viejo futuro
El país envejece. En las últimas dos décadas se ha duplicado el porcentaje de adultos mayores. Actualmente, por cada adulto mayor hay dos jóvenes y en el 2028 solo habrá uno. Y en el 2050, según prevé el Dane, los mayores de 60 serán mayoría: 14.538.962, frente a 11.523.931 niños de 0 a 14 años.
Hoy, Colombia vive un momento único en su historia demográfica: tiene la mayor proporción de población en capacidad de trabajar y producir (de 15 a 60 años), lo que representa una oportunidad para el desarrollo llamada 'bono demográfico'. Este capital humano tendrá su mayor esplendor entre el 2011 y el 2017 y, de ser aprovechado con políticas de educación, salud y empleo, los próximos 15 años serán fundamentales para generar mayor desarrollo económico y social en el país.
Carlos Ramírez, director en Colombia de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dice que hay que aprovechar que en la actualidad hay una menor población dependiente por cada trabajador, situación que se reversará entre el 2040 y el 2050. Por eso -afirma- hay que fortalecer la productividad y la capacidad de ahorro, para que en las próximas décadas esa población llegue a la vejez en buenas condiciones. Los adultos mayores, al volverse mayoría, requerirán de más cuidados para garantizar su bienestar, y eso cuesta. "Si no lo hacemos ahora, vamos a quedar con una población viejita y pobre", sentencia.
Por otro lado, para Jorge Bustamante, director del Dane, Colombia está lejos de entrar en la vía del desarrollo sostenible, pues el consumo de bienes y servicios ha venido creciendo en forma exponencial, lo que ha causado graves daños al medio ambiente. "Los bosques y páramos se están acabando y se están secando las fuentes hídricas. Estamos acabando con el país y poniendo en riesgo la supervivencia de las generaciones futuras", señala, antes de hacer un llamado para que el Estado y la sociedad busquen estrategias dirigidas a un desarrollo sostenible, que se enfrente a la devastación actual.
Esa inquietud está en sintonía con las preguntas que ha generado la presentación del informe. "¿Cómo podemos aumentar la seguridad alimentaria y proveer servicios esenciales a la población más pobre, pero sin usar más agua, tierra o energía?", se cuestiona Brice Lalonde, coordinador de la Conferencia de Naciones Unidas de Desarrollo Sostenible, conocida como 'Río+20', que se celebrará en junio del año entrante.
Además, si de lo que se trata es de frenar el ritmo de crecimiento del planeta, la solución no está solamente en la planificación familiar, sino en mejorar la calidad de vida. Es un hecho probado.
Un mundo de carencias
2.000 millones viven con menos de un dólar.
1.000 millones pasan hambre.
884 millones no acceden a agua potable.
2.600 millones no cuentan con servicios sanitarios.
Guayatá, el pueblo de los viejos
Incrustado entre verdes montañas se levanta Guayatá, un municipio boyacense donde la mogolla es la reina y señora.
Para arribar a este cálido y tranquilo paraje, de apenas 6.000 habitantes y afamado por la producción de amasijos, hay que llegar primero al municipio de Guateque, capital de la Provincia de Oriente, de donde se parte por una carretera en regular estado hacia la localidad donde los ancianos 'mandan la parada'.
En Guayatá se registra un fenómeno particular: el 30 por ciento de sus habitantes son adultos entre los 60 y los 90 años, según datos de la administración local.
De acuerdo con el alcalde, Jhon Santiago Ruiz, esta situación se debe a que los jóvenes, tan pronto terminan sus estudios de bachillerato, se trasladan hacia Bogotá u otras ciudades, donde encuentran mayores ofertas laborales y de estudios.
"Es un fenómeno que se viene registrando desde hace unos 20 años, como consecuencia de las escasas posibilidades de desarrollo económico, especialmente en el sector agropecuario", comentó el mandatario.
Pero los campesinos y sus familias no sólo migran a las grandes urbes, sino también al casco urbano del municipio, con el argumento de que el campo ya no es rentable. "Aquí el desplazamiento no es por la violencia, sino por la pobreza", añadió Ruiz.
Zoila Ramírez, habitante de la vereda Siabita Tercero, vive sola desde hace varios años, debido a que ninguno de sus cinco hijos se quedó a vivir allí. "Como aquí no hay trabajo, ellos tuvieron que ir a hacer su vida donde pudieran ser productivos. Por eso, la mayoría de los que vivimos acá somos viejos que trabajamos en el campo, sembrando nuestras huertas de pancoger para poder subsistir", dijo la mujer, de 73 años.
Lo que más preocupa a las autoridades locales es que la migración de campesinos y jóvenes de los municipios hacia las ciudades ha venido en aumento. Esa situación se refleja en el hecho de que en menos de 15 años se han tenido que cerrar dos escuelas veredales y actualmente están en riesgo de ser clausuradas otras dos, por la falta de estudiantes.
Así las cosas, a diferencia de lo que ocurre en muchos lugares del país, en Guayatá los programas para salvaguardar a la tercera edad tienen mayor relevancia que los de los niños y jóvenes.
JOSÉ ALBERTO MOJICA PATIÑO
Redacción Vida de Hoy

miércoles, 12 de octubre de 2011

Así fue la mañana tibia en que Cristóbal Colón descubrió a América

Así fue la mañana en que Colón descubrió América

 

Juan Gossaín cuenta la historia de los primeros hombres que pisaron "oficialmente" América.

Eran 120 hombres, piojosos y hambrientos, "que más parecían almas en pena": los primeros europeos en llegar a suelo americano, hace 519 años.
Las tres carabelas eran dos y Martín Alonso Pinzón no fue el primero que divisó tierra. Las carabelas propiamente dichas eran La Pinta y La Niña, las dos primeras naves de aquella expedición en que viajaban 120 tripulantes piojosos y hambrientos, que más parecían almas en pena. La última no era un clásico velero de tres mástiles, mucho más grande y menos rápido que una carabela.

Como si no fuera suficiente, tampoco es verdad que esa tercera embarcación tuviera por nombre Santamaría. El 3 de agosto de 1492, día en que zarparon de España rumbo a la gloria, para cumplir una epopeya digna de la mitología griega, el buque se llamaba María Galante; así aparece registrado en los archivos de la época, que se conservan en Sevilla. Fue el propio Colón, cuando empezaron las terribles penurias del viaje, el que lo rebautizó en busca de la protección divina de la Virgen Santísima.

A mar abierto

Han pasado más de dos meses desde que partieron de Palos de Moguer, un pueblo de navegantes, minas rústicas de carbón y pescadores artesanales, perdido en la desembocadura del río Tinto. Para ser exactos, llevan 62 días de sufrimientos a mar abierto. No han visto más que agua y cielo. Ni un pájaro siquiera. Algunos han enfermado de tuberculosis.

Los tormentos son interminables. El hambre es tan agobiante que un sargento de grumetes, Sebastián de Ecija, escribe en su propio cuaderno de bitácora que tuvo que comerse las tiras deshilachadas de su pantalón de lona, aliñadas con agua de sal, para engañar el estómago. En medio de las desgracias se permite una pizca de humor. "El pantalón sabe a carne de cordero", anota en sus memorias. Son españoles: tienen un sentido trágico pero también cómico de la vida.

La semana pasada no aguantaron más. Se amotinaron.
Enloquecidos por la desesperación, acusan a Colón de haberlos embarcado en una aventura sin destino
. Estuvieron a punto de lincharlo.

El almirante, que hoy se levantó temprano, como todos los días, camina pensativo por la cubierta de La Pinta, que encabeza la caravana porque es la nave del almirante. No sabe si podrá resistir la próxima sublevación. Acaba de cumplir 41 años y es un hombre de pocas palabras, que parece encerrado en sí mismo. Nadie puede decir que lo ha visto sonreír. En las últimas semanas ha envejecido y ahora tiene cara de apesadumbrada anciana.

Hoy es viernes. Viernes 12 de octubre de 1492. Amanece. No hay viento. La mar océana, como a él le gusta llamarla, está en calma.
El mundo parece que se hubiera quedado quieto. El primer sol del día se alza muy pálido, en la parte más lejana del horizonte, porque estamos en la temporada lluviosa de este paraje que algún día se llamará Caribe.

Poco después de las 6 de la mañana, el almirante ve pasar a la derecha de su navío un puñado de algas podridas que flotan sobre la cresta del oleaje. No eran muchas, pero un navegante encallecido sabe lo que significan. Da un salto de emoción.
Regresa a su camarote y escribe en el diario: "Plantas y raíces a estribor. Si hay vegetación, tiene que haber tierra. Estamos muy cerca".

Rodrigo de Triana ha estado de turno toda la noche en la meseta del vigía, que queda en la parte más alta del palo mayor. Ahora, mientras termina de clarear la mañana, descabeza un sueño atrasado durmiendo a pedazos.

De súbito, aquel centinela flaco y de baja estatura, que tiene un ojo torcido y que ha sido marino de ocasión, estibador sin trabajo y asaltante nocturno en las calles de Huelva, cree ver dos siluetas pequeñas que bailan entre la bruma. Teme que el hambre lo esté haciendo alucinar.

Por si las moscas, Triana afila su ojo bueno. Revisa con cuidado. Allí están, retozando, a veinte metros de su cara, dos gaviotas de cabeza negra, pájaros madrugadores. Vuelan hacia el occidente, aguas afuera. El vigía hace una conjetura de marino, equivalente a la que escribió Colón: "Si hay pájaros, hay tierra".

En sus escabrosas noches de taberna, de regreso a España, Triana relataría a los parroquianos lo que sintió en ese momento.
Dice que lo primero que hizo fue levantarse del puesto de vigilancia y seguir con la mirada el recorrido de las gaviotas. Vio una palma de coco en una playa que parecía ennegrecida por los aguaceros recientes. Empezó a temblar. Y entonces, con ambas manos alrededor de los labios, para hacer una bocina, pegó aquel grito que habría de cambiar para siempre la historia humana:

-¡Tierraaaaaaaaa! ¡Tierra a la vista!

(No fueron dos los ojos que primero la vieron, sino uno solo, el ojo bueno de Rodrigo de Triana, el que avistó a América.)

Tan fuerte y agudo chillido del vigilante despertó a todo el mundo. No pudo darlo por segunda vez, como era su propósito, pues se quedó afónico. La garganta le ardía. La roñosa carabela se llenó de correndillas y alegría.

Los mismos tripulantes que hace una semana intentaron ajusticiar a Colón tirándolo al mar, ahora quieren alzarlo en hombros, como un triunfador. El italiano, tan discreto toda su vida, se niega con palabras de buena crianza a recibir semejante homenaje.

-Primero lo primero -dice a sus hombres, y se aparta de ellos.

Va a la parte delantera de la proa; levanta con la mano derecha el estandarte de los reyes católicos, que le financiaron la odisea; se hinca de rodillas sobre las tablas ruinosas de la cubierta y se echa la señal de la cruz. Luego, ve una guacamaya de doscientos cincuenta colores que lo mira desde la arboleda.

El primer baño de mar

Colón impuso su autoridad en medio de la algarabía. Ordenó que primero bajaran a tierra los tres capitanes de las embarcaciones, el escribano Escobedo, que sería el encargado de levantar el acta oficial, y él mismo. Así se hizo. Luego saltaron los tripulantes.
Aquella chusma feroz, compuesta en su inmensa mayoría por truhanes de cantina, presidiarios, náufragos de la vida, gente sin futuro, se lanzó frenética al agua fresca. Reían y lloraban, se hacían bromas. Hoy, cualquiera los habría tomado por un enjambre de escolares inocentes que se divertían en vacaciones. Habían llegado a lo que se conoce como el archipiélago de las Bahamas.

Al contrario de lo que suele pensarse, Cristóbal Colón no fue un aventurero afortunado, sino un admirable navegante que había trabajado para los grandes mercaderes de Génova, su ciudad natal. Padeció varios naufragios y escapó de la persecución de los piratas, cuando resolvió que quería ponerse a estudiar. En la universidad de Coimbra, en Portugal, aprendió en profundidad cartografía, altas matemáticas y astronomía.

Siendo ya un hombre ilustrado, se unió a la tesis del sabio Toscanelli, quien sostenía que la Tierra era redonda. En consecuencia, decía Colón, si uno navega siempre hacia el occidente, sin necesidad de darle la vuelta al mundo por el sur de África, llegará más rápido a la India, donde hace quinientos años se amontonaban el comercio y la riqueza.

En pocas palabras: Colón no salió de España a buscar un mundo nuevo, del que nadie tenía noticia, sino a buscar un camino nuevo para llegar al mundo viejo. Fue su tenacidad la que le permitió encontrar lo que no andaba buscando.

'De fermosos cuerpos'

Empieza a reunirse en la playa mucha gente de aquella isla pedregosa, a la que los nativos llamaban Guanahaní y que el almirante bautizaría de inmediato como San Salvador. Colón era, además, un estupendo narrador, como lo demuestra su diario:

"Les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo. Venían nadando adonde nosotros estábamos y nos traían guacamayas o hilo de algodón en ovillos, que les cambiábamos por cascabeles".

Es falsa la leyenda de que el almirante encontró aquí unos indiecitos enjutos y de baja estatura. Fue exactamente al revés, según su propio testimonio: "Eran todos jóvenes, que ninguno vi de más de 30 años. Muy bien hechos, de fermosos cuerpos, altos y fuertes. Andan todos desnudos, como su madre los parió, y también las mujeres, pero no vi más que una buenamoza".

Epílogo

Ni él mismo supo en vida el verdadero alcance de su hazaña: murió catorce años después de aquella mañana, en 1506, a los 55 años, convencido de que había llegado a territorio asiático por un camino más corto, como era su propósito.

Lo persiguió la infamia, lo metieron en la cárcel, le regatearon sus derechos, fue abandonado por todos, incluido su hijo Diego, un zángano que vivió de la gloria de su padre.

En el mundo que él descubrió existe una sola nación que lleva su nombre. Se llama Colombia, que es como debería llamarse el continente entero.

JUAN GOSSAÍN
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
CARTAGENA DE INDIAS

viernes, 7 de octubre de 2011

Murió Julio Mario Santo Domingo


El empresario colombiano Julio Mario Santo Domingo, uno de los hombres más ricos del mundo, murió este viernes a la edad de 87 años. Era uno de los hombres más influyentes del país, una condición que no se derivaba sólo de su fortuna sino del papel que él y la organización que lleva su nombre ha jugado en la vida nacional.

Su éxito como empresario merece sin duda ser objeto de admiración. La dimensión que adquirió se debe en parte a que en los años en que muchos empresarios estaban sacando sus fortunas él decidió jugársela por el futuro de Colombia.

Esto le permitió adquirir a precios irrisorios empresas que con la apertura se convirtieron en minas de oro. Muchos podrían haberlas adquirido en ese entonces a esos precios, pero Santo Domingo tuvo la visión.

Julio Mario Santo Domingo no era solamente un hombre muy rico, es también el único colombiano que ha formado parte del jet set internacional, un exclusivo club al que sólo han podido entrar tres latinaomericanos: Óscar de la Renta, Carolina Herrera y él.

Durante sus últimos años, su vida transcurrió entre París y Nueva York y sus visitas a Colombia cada vez eran más distantes. Cuando venía era para una corta reunión en Bogotá y luego descansaba unos días en su casa de Barú.

Noticia en desarrollo. Espere más información.
 
http://www.semana.com/nacion/murio-julio-mario-santo-domingo/165421-3.aspx

miércoles, 5 de octubre de 2011

Steve Jobs Dies: Apple Chief Created Personal Computer, iPad, iPod

PHOTO: Apple CEO and co-founder Steve Jobs shows off the new Macbook Air ultra portable laptop during his keynote speech at the MacWorld Conference & Expo in San Francisco, Calif. in this Jan. 15, 2008 file photo.
Steve Jobs, the mastermind behind Apple's iPhone, iPad, iPod, iMac and iTunes, has died, Apple said. Jobs was 56.
"We are deeply saddened to announce that Steve Jobs passed away today," read a statement by Apple's board of directors. "Steve's brilliance, passion and energy were the source of countless innovations that enrich and improve all of our lives. The world is immeasurably better because of Steve. His greatest love was for his wife, Laurene, and his family. Our hearts go out to them and to all who were touched by his extraordinary gifts."
The homepage of Apple's website this evening switched to a full-page image of Jobs with the text, "Steve Jobs 1955-2011."
Clicking on the image revealed the additional text: "Apple has lost a visionary and creative genius, and the world has lost an amazing human being. those of us who have been fortunate enough to know and work with Steve have lost a dear friend and an inspiring mentor. Steve leaves behind a company that only he could have built, and his spirit will forever be the foundation of Apple."
Jobs co-founded Apple Computer in 1976 and, with his childhood friend Steve Wozniak, marketed what was considered the world's first personal computer, the Apple II.
Industry watchers called him a master innovator -- perhaps on a par with Thomas Edison -- changing the worlds of computing, recorded music and communications.
In 2004, he beat back an unusual form of pancreatic cancer, and in 2009 he was forced to get a liver transplant. After several years of failing health, Jobs announced on Aug. 24, 2011 that he was stepping down as Apple's chief executive.

Jobs Resigns as the CEO of Apple Watch Video
"I have always said if there ever came a day when I could no longer meet my duties and expectations as Apple's CEO, I would be the first to let you know," Jobs wrote in his letter of resignation. "Unfortunately, that day has come."

Click Here for Pictures: Steve Jobs Through the Years
One of the world's most famous CEOs, Jobs remained stubbornly private about his personal life, refusing interviews and shielding his wife and their children from public view.
"He's never been a media person," said industry analyst Tim Bajarin, president of Creative Strategies, after Jobs resigned. "He's granted interviews in the context of product launches, when it benefits Apple, but you never see him talk about himself."
The highlights of Jobs's career trajectory are well-known: a prodigy who dropped out of Reed College in Oregon and, at 21, started Apple with Wozniak in his parents' garage. He was a multimillionaire by 25, appeared on the cover of Time magazine at 26, and was ousted at Apple at age 30, in 1984.
In the years that followed, he went into other businesses, founding NeXT computers and, in 1986, buying the computer graphics arm of Lucasfilm, Ltd., which became Pixar Animation Studios.
He was described as an exacting and sometimes fearsome leader, ordering up and rejecting multiple versions of new products until the final version was just right. He said the design and aesthetics of a device were as important as the hardware and software inside.

Click Here for Pictures: Apple's Iconic Products
In 1996, Apple, which had struggled without Jobs, brought him back by buying NeXT. He became CEO in 1997 and put the company on a remarkable upward path.
By 2001 the commercial music industry was on its knees because digital recordings, copied and shared online for free, made it unnecessary for millions of people to buy compact discs.
Jobs took advantage with the iPod -- essentially a pocket-sized computer hard drive with elegantly simple controls and a set of white earbuds so that one could listen to the hours of music one saved on it. He set up the iTunes online music store, and persuaded major recording labels to sell songs for 99 cents each. No longer did people have to go out and buy a CD if they liked one song from it. They bought a digital file and stored it in their iPod.
In 2007, he transformed the cell phone. Apple's iPhone, with its iconic touch screen, was a handheld computer, music player, messaging device, digital wallet and -- almost incidentally -- cell phone. Major competitors, such as BlackBerry, Nokia and Motorola, struggled after it appeared.

By 2010, Apple's new iPad began to cannibalize its original business, the personal computer. The iPad was a sleek tablet computer with a touch screen and almost no physical buttons. It could be used for almost anything software designers could conceive, from watching movies to taking pictures to leafing through a virtual book.

Personal Life
Jobs kept a close cadre of friends, Bajarin said, including John Lasseter of Pixar and Larry Ellison of Oracle, but beyond that, shared very little of his personal life with anyone.
But that personal life -- he was given up at birth for adoption, had an illegitimate child, was romantically linked with movie stars -- was full of intrigue for his fan base and Apple consumers.
Jobs and his wife, Laurene Powell, were married in a small ceremony in Yosemite National Park in 1991, lived in Woodside, Calif., and had three children: Reed Paul, Erin Sienna and Eve.
He admitted that when he was 23, he had a child out of wedlock with his high school girlfriend, Chris Ann Brennan. Their daughter, Lisa Brennan Jobs, was born in 1978.
He had a biological sister, Mona Simpson, the author of such well-known books as "Anywhere But Here." But he did not meet Simpson until they were adults and he was seeking out his birth parents. Simpson later wrote a book based on their relationship. She called it "A Regular Guy."

Fortune magazine reported that Jobs denied paternity of Lisa for years, at one point swearing in a court document that he was infertile and could not have children. According to the report, Chris Ann Brennan collected welfare for a time to support the child until Jobs later acknowledged Lisa as his daughter.
There were other personal details that emerged over the years, as well.
At Reed, Jobs became romantically involved with the singer Joan Baez, according to Elizabeth Holmes, a friend and classmate. In "The Second Coming of Steve Jobs," Holmes tells biographer Alan Deutschman that Jobs broke up with his serious girlfriend to "begin an affair with the charismatic singer-activist." Holmes confirmed the details to ABC News.

Jobs' Health and Apple's Health
Enigmatic and charismatic, Jobs said little about himself. But then his body began to fail him.
In 2004, he was forced to say publicly he had a rare form of pancreatic cancer. In 2009, it was revealed that he had quietly gone to a Memphis hospital for a liver transplant.
He took three medical leaves from Apple. He did not share details.
In 2009, sources said, members of Apple's board of directors had to persuade him to disclose more about his health as "a fiduciary issue," interwoven with the health of the company.
He was listed in March as 109th on the Forbes list of the world's billionaires, with a net worth of about $8.3 billion. After selling Pixar animation studios to The Walt Disney Company in 2006, he became a Disney board member and the company's largest shareholder. Disney is the parent company of ABC News.

Analysts said Apple performed well during Jobs' absence, partly because he was available for big decisions and partly because his chief lieutenant, Tim Cook, was the hands-on manager even when Jobs was there.
The company has a history of bouncing back. In January 2009, after he announced his second medical leave, Apple stock dropped to $78.20 per share. But it quickly recovered and became one of the most successful stocks on Wall Street. On one day in the summer of 2011, with the stock hitting the $400 level, Apple briefly passed ExxonMobil as the world's most valuable company.